El INCIBE define como activo cualquier recurso necesario para desempeñar las actividades diarias y cuya no disponibilidad o deterioro supone un agravio o coste. En términos de seguridad de la información los documentos constituyen activos en sí mismos. Por tanto, en el diseño de un plan de continuidad, es indispensable tener en cuenta los documentos (en tanto que activos de información) categorizándolos